“Vivir es un Riesgo Permanente, Sólo los muertos están a salvo ya sabes. Para siempre” Francesc Miralles

Una bandera británica deshilachada ondea encima de la estructura que esconde el Wall of the Death. Su aspecto denota, que hubo tiempos mejores, pero que la actividad sigue adelante. Son los últimos de una rara estirpe de locos por el riesgo y la gasolina. Son la última familia que se dedican a este oficio, desde hace más de 40 años, de padres a hijos.

Sus campos de juegos han sido siempre, los motores de sus motos y los camiones que llevan todo el montaje. Han crecido y han mamado el espectáculo. No quedan más, empeñados en no dejar lo que aman y lo que les han convertido en nómadas. De pueblo en pueblo, imposible dejarlo, lo llevan en la sangre. desde que han comenzando a caminar, han montando en moto y pronto se han dado cuenta que es lo que les gusta y lo que van hacer por el resto de su vidas.

Su patria son los tres camiones que los trasladan por el mundo. Su destino la siguiente actuación. Su mundo perfecto es el cilindro de madera que utilizan para hacer las acrobacias, ante la atenta mirada de niños y mayores. Sus bailes y sus desafíos,siguen igual que primer día, a pesar de los múltiples accidentes y sustos.

 

wall

Wall of Death llega al Motorbeach, un espectáculo único, que no dejará indiferente a nadie. No sólo pensando para los amantes de las motos, todos pueden disfrutar de este viejo arte de hace décadas, que sólo por la pasión de este artista se puede seguir disfrutando y viendo.

Las Motos son claras protagonistas del Motorbeach, las Custom, mandarán sobre las carreteras sinuosas de Asturias, entre el verde de sus montañas y el azul del Cantábrico.

La Union Flag británica ondeará por unos días en los campos de Caravia, no como símbolo de conquista, sino como recuerdo de una época anterior.

 

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